El filósofo británico Richard Wollhein introdujo el término en 1965 para referirse a obras de arte con alto contenido intelectual pero sin un contenido formal. Desde ese momento, la moda de lo minimalista se ha expandido no sólo a la pintura, sino a la música, arquitectura, decoración, y hasta un estilo de vida.
Este estilo triunfa como tendencia en decoración, busca el orden y la simplicidad eliminando adornos superfluos. Mezclas de colores, blanco y negro, muebles de metal, o metacrilato.
Tres reglas básicas para decorar tu comedor con estilo minimalista:
- Usar colores puros
- Emplear formas geométricas simples, construidas con precisión mecánica. Se trabaja con materiales industriales para diseñar superficies lisas. El producto resultante de este estilo provoca sensación de limpieza.
- Usar muebles lacados, muebles que reflejan la luz, muebles metálicos, cristal o metacrilato.
El binomio de blanco y negro con nuevos materiales como el acero suele ser el más recurrente, adaptandose a cualquier estilo y creando un ambiente iluminado, amplio y fresco. Claro que el material y el diseño de los muebles utilizados también tienen gran importancia al definir un estilo por lo que debes tenerlo en cuenta, siempre con la premisa de "Menos es Más".
La iluminación es clave. La natural hay que potenciarla al máximo, y si tenemos artificial, que sea blanca y muy luminosa. La luz potencia los interiores, resaltando las texturas y el color del interior.
Los colores: los neutros son los tonos estrella en este tipo de espacios. Blancos, negros y grises son la base de cualquier salón minimalista. Si utilizamos colores más animados, puedes utilizar pequeños destellos de colores brillantes como rojos o amarillos.
Para terminar os damos un consejo, en su justa medida debemos añadir un segundo color en combinación para no caer en la sensación de apatía y frialdad.
*** Disfruta la galería de imágenes de esta hermosa casa minimalista en Copenhague de la firma danesa Norm Architects
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